Es claramente evidente en estos tiempos que es casi imposible ver a una cultura totalmente ajena a alguna otra, casi todas, por no decir que todas las culturas del mundo tienen algún contacto con otra similar y que esto en mayor o menor parte trae cambios a la primera.
Como ninguna cultura es igual a otra sin embargo todas tienen igual valor, así mismo cada persona que representa tal o cual cultura es valiosa. Es aquí cuando hay desde mi punto de vista un 50/50 entre defensa del individuo y defensa del grupo.
Si ya es complicado tratar de solventar las necesidades de los individuos de una solo cultura, imagínate como es tratar de hacer felices a individuos de diferentes culturas, cada persona es un universo diferente no importa que lleven viviendo juntos por varias décadas.
No creo que un diseñador que trate de estar actual en el mundo de hoy pretenda trabajar para un grupo de personas reducido solamente, él debe pensar como individuo, como colectivo y como planeta a la vez; las soluciones puntuales son excelentes, pero si pretendemos vivir de los vecinos podemos no llegar a ver a nuestros hijos en la universidad, debemos ofrecer soluciones en todos los niveles que nos sea posible, pues nuestra misión es volverle agradable la vida al mayor numero de personas que nos sea posible.
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